Saltar al contenido

Reflexiones en días nublados.

Todos tenemos momentos en los que la realidad se vuelve cruda y muy fría como solía serlo en algún tiempo pasado, el miedo de haber vivido una ilusión inexistente se apodera de nosotros, nos vemos desnudos y expuestos ante la vida, y dudamos con absoluta franqueza que logremos algo de lo que nos habíamos propuesto y por lo que veníamos luchando.

Así es, todos pasamos por momentos negros, la diferencia entre nosotros es la consciencia con la que los transitamos y la mayor o menor belleza con la que lo podemos contar. No hay nada irreal, no hay fantasías o realidades que se suceden una tras otra, sólo la vida, la suerte y nuestras acciones.

A menudo percibimos la vida como cosas reales e irreales y esta percepción resulta contraproducente para nosotros, sin embargo es menos dolorosa y más fácil de asumir que la realidad absoluta existente en todo cuánto nos ocurre.

Veamos el siguiente ejemplo. Tenemos una relación con una persona durante unos años y un día nos enteramos que nos ha estado engañando, y damos por finalizada la relación. Es mucho más fácil culpar al adúltero y decir «todo lo que vivimos fue irreal», que asumir que toda la felicidad fue tan real como real está siendo el dolor con el que ha terminado.

Pero no nos vayamos a ejemplos que involucran a otra persona, pensemos en nosotros mismos y nuestro mecanismo. Muchos de nosotros hemos pasado por momentos complicados que hemos superado y de los que hemos salido reforzados («Teoría del Bache» lo llamo yo, no es posible salir de un mal momento sin salir más fuerte y/o más sabio), y resulta ser que, después de una temporada de felicidad y alegría, un buen día ocurre algo que nos manda directamente al ojo del huracán de temporadas pasadas.

Como un déjà vu, todo dentro y fuera de ti parece haber retrocedido en el tiempo, toda la fortaleza, la sabiduría y la entereza con la que venías manejando las situaciones difíciles se evaporan, ascienden a los cielos y están sentadas a la derecha de alguien, viéndote y pensando «oye que si nos llama, bajamos, pero bajar pa’ na es tontería». Y tú te quedas con cara de, en qué momento me vine al pasado, porque me siento como mi yo anterior, ¿dónde está mi yo de ahora?

My friend, tu tú de ahora eres tú, no hay un tú anterior y un tú actual que se van intercambiado el mismo papel para hacer la función completa pero trabajando la mitad. Eso no existe. Hay un tú y ese tú evoluciona, crece, se refuerza, se enferma, se asusta y se envalentona dependiendo del día, pero todos los días tú eres tú, y tu tú pasado eres tú también.

skyline-600001

No tienes que tener miedo, ni asustarte por verte despojada de tus nuevas habilidades, ni sentirte débil por caer. Tampoco tienes que llorar por un mal día o dejar que una mala noticia eche por tierra todos tus esfuerzos. No tienes que derrumbarte, tampoco tienes que sentirte triste por nada, todo lo que ocurre es ajeno a ti y no importa, tú sigues siendo tú y estás dentro de ti, ¿y lo que está fuera? No nos afecta.

Pero tienes derecho a tener miedo, a asustarte por verte despojada de tus nuevas herramientas, y a sentirte débil por haber caído. También tienes derecho a llorar hasta caer dormida por haber tenido un mal día y a dejar que una mala noticia te afecte y te deje sin ganas de continuar. Tienes derecho de derrumbarte y sentirte triste por lo que sea, porque todo lo que te afecta tendrá un efecto en ti, e importa, y tú sigues siendo tú en todas tus situaciones, ¿y lo que está fuera de ti? Te influye.

¿Y que sería de nosotras sin nuestras crisis? ¿Cómo podríamos medir nuestra evolución? ¿Cómo sabríamos si de verdad hemos aprendido, si no fuera porque se nos da la oportunidad de aplicarlo?

En el momento más crítico de tu día o tu semana o tu mes, mírate al espejo y suelta una carcajada. Tú ves la misma mujer de siempre, pero esa mujer no ve la misma tú. Ve una tú cambiada. Ve una persona capaz de sacarse sola del hoyo dónde sola se metió, capaz de extraer lecciones del pasado para aplicarlas en el presente y construir así un futuro. Ve a alguien capaz de manejar situaciones difíciles, entrenada para ser su mejor mentora.

Cuán difícil se ha vuelto admitir las malas anécdotas, parece ser que si no somos felices es porque no estamos haciendo algo bien y aceptarlo abiertamente no tiene pinta de ser buena idea. ¡Qué tontería! Es increíble que la mayoría de las rupturas de pareja o divorcios no se ven venir, de pronto un día te enteras de que menganita y fulanito ya no están juntos y piensas «¡Pero cómo es posible! ¡Si estaban fenomenal!». Fenomenal, ¿para quién?

Parece ser una vergüenza tener problemas de pareja o tener problemas internos, de manera que los maquillamos y ocultamos a familia y amigos hasta el punto de que, cuando ya no da más de sí, y el último hilo se rompe, nadie entiende cómo pudo terminar de un día para otro. ¿De un día para otro? ¡No! Los problemas se gestan e incuban durante mucho tiempo, el detalle está en que, como no nos han entrenado para ver natural tener problemas, pues tratamos de ocultarlos hasta que la verdad cae por su propio peso.

«¿Sabes que fulanita está yendo a terapia y le va muy bien?» a lo que el interlocutor contesta «¿Fulanita? ¿Por qué? Si es una chica alegre y exitosa.»

A ver si empezamos a comprender cuán increíblemente natural es tener problemas y cuánto de bien nos haría asumirlo y aceptarlo (a nosotros mismos y a las personas que nos quieren). Tener un proceso interno difícil, un bloqueo, miedos e inseguridades es normal, tan normal como tener gases; ¿dónde está el problema de aceptarlo?

Es un fenómeno interesante comprobar que todo el mundo va al médico cuando le duele algo, pero hay una resistencia armada a ir al psicólogo cuando nos duele el alma.

[Dolor de alma, dícese cuando no logramos avanzar, ni conocer el motivo de nuestra inmovilidad.].

Resulta que es normal tener gripe, pero parece ser una calamidad tener un trauma infantil, un duelo mal llevado o problemas de comunicación con nuestra pareja. En fin. Aquí estoy yo para normalizar los problemas, para reconocer que los tengo y para dar ejemplo de cómo se puede uno sentir exitoso a la vez que inseguro.beneficios-savasana-postura-relax-177x300

Esta semana ha sido especial para mí, después de muchos meses de felicidad y armonía, una tontería me hizo caer a lo más profundo de la tristeza posible en una mujer feliz y ¡bueno! ¿Qué puedo decir? Lo que más me gusta de derrumbarme es que, estando en el suelo, puedes tumbarte en Savasana y relajarte un rato; o ver tu casa desde otra perspectiva, que siempre es interesante.

El avance en nuestro procesos internos no se constata cuando uno es generalmente feliz, se constata cuando nos pasa algo y tenemos la habilidad de salir de la escena, observamos desde fuera y comprender qué nos está pasando. Esa habilidad es lo que nos lleva a sacarnos de la situación y a continuar nuestra vida con la seguridad de que estamos aprendiendo. Ya lo he dicho… ¡De no ser por estos simulacros naturales! ¿Cómo sabríamos que vamos bien?

Sé que parece una locura, pero disfruta de tus peores momentos. ¡Vívelos con fuerza e intensidad! Aprovecha cada situación para aprender y déjate llevar. No hay nada de lo que estás viviendo que no puedas superar, quizás tu proceso es más complicado que el de otras personas o, dicho de otro modo, quizás tú tienes peor suerte, pero puedes estar segura de que lo que vives, lo vives porque tienes que vivirlo, porque te hará crecer, te hará fuerte y te hará completa.

Cuando creé Spiritual Mood elegí el nombre porque, literalmente, define parte de mi ser. Un estado de ánimo espiritual va más allá del rezo o del credo, se trata de un estado de ánimo en el que la respiración es el centro de nuestra calma, en dónde habitamos cuando estamos tranquilas y dónde podemos acudir siempre que algo nos perturbe.

Ser una Spiritual Woman no necesariamente tiene que ver con los espíritus, pero puedes estar segura de que tiene mucho que ver con la consciencia, con tu percepción de ti misma, de tu pasado y tu presente y, definitivamente, tiene mucho que ver con la forma en que reaccionamos, o trabajamos para reaccionar, ante la vida y sus altos y bajos.

Yo trabajo cada día por conectar cada vez más conmigo misma y, entre otras muchas cosas, compartir este camino me está ayudando a concienciarme de mis progresos en esa tarea. Me siento agradecida por saber leer y escribir, y que ello me permita compartir cosas tan difíciles de explicar como el orgullo de saber que yo soy yo y no cualquier otra persona.

Sé consciente, trabaja en ti, desde ti y para ti, y cuando tú estés tranquila y creciendo, todo cambiará de forma. Cuando uno actúa desde el amor y con profunda convicción, el universo conspira en su favor.

«Así son las cosas y así se las hemos contado.»

6 comentarios en «Reflexiones en días nublados.»

  1. Concuerdo contigo; creo que en esos momentos oscuros es cuando sale a relucir nuestra fortaleza y entereza los cuales han sido forjados con El Paso del tiempo y los sucesos que las trajeron. Yo puedo decir que no soy la persona de hace 5 años; y muy distante de la persona de hace 20; mi esencia permanece pero ahora me conozco más y me acepto más; el aceptarme hace todo más fácil; que el luchar contra mi misma; uffff tanto pudiera escribir!!!
    Un abrazo hermosa! Dios te bendiga y arriba ese espíritu de paz y armonía!!!!

    Pilly Sol

    1. Amén Pilly, gracias por escribirme. Tienes razón, cambiamos mucho a lo largo del tiempo y conviene que esos cambios vengan cargados de consciencia y sabiduría, nada mejor que aprender de las malas anécdotas. Un abrazo muy fuerte!!

  2. Tines un don! Y ese don es el saber expresar también con palabras los problemas que tendemos como bien has explicado a «tapar». Me encanta tu forma de ver la vida y la comparto. Me ha costado mucho dedicarme tiempo a mi, permitirme estar mal, a mi consciencia a mis problemas y aceptarlos. Simplemente gracias por comparto ese don!

    1. María, gracias a ti por tu comentario que me llena de alegría y de luz. Te agradezco sobremanera que te hayas tomado el tiempo de leer el artículo y de dedicarme palabras tan bellas. Un fuerte abrazo.

  3. Esta situación de tapar, de camuflar… de hacer ver que todo nuestro mundo es decolor de rosa de cara a los demás viene todo por la socidad que nos dice como pensar, vestir,que comprar…. estamos inducidos directamente o indirectamente a ello. Estoy 100% de acuerdo con cada palabra de articulo, es que describes exactamente por lo que he pasado, como evoluciono… todo!! A veces creo que somos almas gemelas viviendo los mismo a 600km de distancia jejeje gracias por tu tiempo, tus articulos… por todo. Yo seguiré trabajando en aprender a gestionar mis ansiedades que son las que hacen que caiga en errores ya pasado y parece que no aprenda y es como no avanzar, como un circulo vicioso.Un tiempo bien y luego recaer.La clave aprender a gestionarme y gracias a ti lo lograré.

    1. Eres una mujer muy completa, ¡nunca llegarás a saber gestionarte del todo porque si no pararías de crecer! La parte positiva es que mientras tu evolución sea continua, el aumento de tu grandeza también lo será. ¡Feliz día!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *